El duelo es esa fase que nos ocurre ante perdidas no deseadas, por ejemplo un despido, el fallecimiento de un familiar o incluso el cambio de país de un ser querido.

Todos estos hechos nos hacen pasar por diferentes estadíos físicos y psicológicos, la autora Elisabeth Kübler-Ross los define muy bien y recomiendo sus lecturas.(AQUÍ)

Pero desde mi propia experiencia el duelo es un aprendizaje hacia una situación posterior que será más óptima ya que nos llevamos algo más que añadir a nuestra experiencia vital.

El duelo más complicado que pase fue la muerte de mi madre, una enfermedad con la que estuvo batallando durante unos años pero que al final no le pudo ganar la partida.

Recuerdo perfectamente el primer momento del diagnóstico y el mazazo que le supuso a la familia, pero era un momento para mirar hacía delante.

El pasado no lo podemos cambiar, pero si podemos aprender de él, el futuro esta todavía por determinar, es por eso que el presente , el aquí y el ahora, es el más importante.

Durante su periodo de convalecencia aprendí a valorar más cosas en las que antes no había prestado atención, y la acompañé en ese camino de la mejor forma que pude, apoyando , animando y viendo ese lado positivo que en esos momentos la enfermedad no deja ver.

A día de hoy sé que ella no estará físicamente conmigo nunca más, pero esta dentro de mí, la recuerdo muchos días y en diferentes momentos y eso me hace conectar con todo lo que me enseñó.

Gracias al coaching y a la inteligencia emocional, entendí de una manera mucho más consciente que me pasaba a mí, que le pasaba a ella, y como las emociones de mi familia y amigos me conectaban con ellos de una manera que no había podido entender antes.

Desde entonces los duelos a los que me enfrento los gestiono de una manera diferente, soy más consciente de mí y de lo que me rodea y puedo afrontar esas situaciones de una manera más sana.

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